A través de la radio, he escuchado a oyentes de diferentes programas expresando sus reacciones ante el resultado del partido Argentina / Brasil.
Las ha habido en todos los tonos: duramente críticos, psicológicos y hasta humorísticos. Pero ninguno de ellos lograba ocultar la decepción dominante.
Lo que me queda muy claro, es que los argentinos -como prácticamente todos los habitantes del mundo- cargan con un alto componente exitista, estimulado, aunque no haría falta, por las actitudes del periodismo. Ello quiere decir que lo único aceptable es triunfar, sea como sea.
Se olvida la vieja frase tan simple pero tan real y ecuánime: "los partidos se ganan y se pierden". Esto puede llevar en sí varios componentes, entre ellos, la suerte. Pero no ha sido el caso. El equipo argentino jugó ostensiblemente peor que en los partidos anteriores y con el equipo brasileño ocurrió exactamente al revés. Más allá de estados de ánimo, el resultado lo expresa claramente.
Por lo tanto, no me parece conveniente buscar responsables y sabiamente resignarse en el simple pero contundente "otra vez será".
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